Todos en este mundo miran, hablan, critican,
pero no escuchan lo que digo ,tampoco lo que dicen
se contradicen, pero lo mas importante
no se si creen en sus palabras y eso es preocupante.
Las mías vuelan ligeras y sinceras por la habitación
libres y seguras de esta prisión,
pero esclavas de lo que dicta el corazón
haciendo del dolor interior una canción
Son libres sin fronteras,
ligeras cuando vuelan,
ligeras cuando vuelan,
pero pesadas como una losa
cuando se posan en un oído que se ha quitado las esposas.
Un oído que me escuche sin envidia,
en silencio para poder estar atento
capaz de valorar el error y el acierto
sin disfraz, con criterio y sin malicia.
capaz de valorar el error y el acierto
sin disfraz, con criterio y sin malicia.
Un oído que siente y entiende el tedio
de un verso lleno de amor y odio
temeroso de lo efímero y el olvido
temeroso de lo efímero y el olvido
como ese beso prohibido.
Un oído que escuche el latido de las frases que hoy escribo
donde lleno un nuevo folio de dudas
escondidas tras los esquivos pliegues de la bruma
y no encuentro la forma de disiparlas sin ayuda.
Un oído que entienda el verso del cobarde y su verdad
la necesidad de aferrarse a una frase como puente a la libertad
para escapar de la hostilidad de este mundo cínico
y encontrar el descanso entre las paginas en blanco.
Un oído que comprenda el placer y la amargura
que produce la escritura
para escapar de la hostilidad de este mundo cínico
y encontrar el descanso entre las paginas en blanco.
Un oído que comprenda el placer y la amargura
que produce la escritura
a veces una cura que alivia la melancolía
al desprenderme de lo malo en cada linea.
al desprenderme de lo malo en cada linea.
Otras reabre viejas heridas, esas
que un día creía superadas y enterradas
tras una falsa sonrisa, quizás
tuve demasiada prisa y no pude dejarlo atrás.
aceptarlo como parte de mi realidad.
Así lo veo, así lo siento, así lo creo y así lo quise relatar, gracias por escuchar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario