El teatro esta dormido, quedan retales de la noche,
Mesas vacías, el ruido de algún coche,
Entre bambalinas el atrezzo de cualquier manera,
Los latidos en el escenario de los que dejaron huella.
Cierro los ojos, todavía se escucha el aplauso,
Palpo con los dedos el silencio que causo,
Pauso la imagen, saboreo cada segundo,
Solo dura un instante, así funciona este mundo.
Aún así, me repito que no es nada,
no es mío el frenesí de llenar la sala,
me digo no es por mí, mota de polvo,
no se acordarán de ti ni de tu rostro.
A pesar de tensiones, de falsas acusaciones,
de personas que no admiten sus errores,
duales, risas a la cara, puñalada entre bastidores,
acusándote en la espalda de todos sus temores.
A pesar de mis cortos y torpes pasos,
de que mi conocimiento de arte es escaso,
enlazo gratitud con decepción por la oportunidad,
de ver detrás, formar parte de la verdad.
He sido sombra alejada de los focos y del glamour,
escondido entre pasillo, siguiendo el neón azul,
estuve en lo sucio, el sofoco de empezar de cero,
en el sudor de los que poco a poco alzan el vuelo.
Aún así me repito que no es nada,
me fustigo tanto que no hay carne en mi espalda,
a pesar de las horas, las tardes y el esfuerzo,
huérfano de alardes, quizás falto de talento.
Aún así estuve allí y juro que lo agradezco,
obtuve experiencias, amistades que quizá no merezco,
puras, estridentes, transparentes, sin aditivos,
que me tendieron la mano sin tener motivos.
De las que te miran a los ojos cuando hablas,
con antojos de risa, pero toman en serio tus palabras,
incapaces de mentir, lejos de alfombras rojas y antifaces,
son verdad en un mundo de sombras y disfraces.
Y a pesar de egos ajenos miedosos de ser menos,
de ser nuevo en este juego, de mi voz desentrenada,
la sala se quedó callada, yo me sentí pleno,
aún así me repito que no es nada.
....
El teatro está dormido, y yo estoy en el centro,
el ruido de los coches arrastra un pensamiento,
me digo: si no es nada déjalo al momento,
sino, deja de mentirte todo el tiempo.