En ocasiones la nada me acecha,
flecha silenciosa directa a la cabeza,
con la grácil sutileza de la que se sabe ganadora,
gentil espera, pues el tiempo todo lo devora.
así
La nada cose días para tapar la brecha,
es, herida abierta sin cura ni fecha,
a la suma de los días le llamamos vida,
a mí a solas me asola esta lucha baldía.
En serio, te pregunto, ¿qué sentido tiene?
soñar con un futuro, con algo que nos llene,
de que sirve el esfuerzo, las dudas, el amor,
si cuando menos lo esperes, no saldrá el sol.
Esta certeza atenaza mis sentidos,
abrasa ¿ esto significa estar vivo?
si me descuido salgo de mi propio cuerpo,
observo que somos ruido que absorbe el vacío.
Os miro y parece que no se dan cuenta,
que la cuenta empezó, poco a poco se acerca,
y mientras absortos en problemas mundanos,
ajenos al deceso que sube peldaños.
Nos preocupa el dinero, el empleo, el trofeo,
nos disgusta ser feos por fuera y por dentro,
nos asusta morfeo, el ajeo y ser reos,
pero no, que la vida sea un paseo.
A mi me obsesiona saber que hay detrás,
me agobía saber que hay una y no más,
después de todo que, ¿ una nada infinita?
polvo entre el polvo, tu historia esta escrita.
Supongo que por eso duele ir quemando etapas,
que las huellas dejen paso a las miradas
cargadas de nostalgia sin trabas,
simplemente entender que todo se acaba.
Se que para esta duda no hay respuesta,
la fe ayuda a que la tortura sea menos intensa,
debes aprender a convivir con ello,
y sino da igual, no queda más remedio.
Quizás la vidas sea una excusa,
un suspiro, un nido de preguntas,
una casualidad, para que contestarlas,
si al final nos iremos sin nada.