jueves, 27 de febrero de 2020

Insha'allah

Me abruma esta frágil normalidad,
que astilla los días en azufre y cristal,
un goteo de agujas que corta al pasar,
heridas cosidas con saliva y sal.

Vuelvo a contarme el mismo cuento,
ese de que el tiempo es solo un concepto,
me autoconvenzo de que no pasa nada,
dentro estallan cruzadas.

La duda abandera una causa justa,
argumentos con regusto a cicuta,
que oscila entre culpa e inviernos,
acusa una profusa falta de talento.

No eres lo suficientemente triste,
como para escribir un verso eterno,
tampoco lo suficientemente impasible,
como para vivir sin miedos.

Desde que tengo uso de razón,
invoco crisis que no admiten redención,
hueca catarsis que omite lo esencial,
pausar el ruido no impide el vendaval.

Desde que tengo uso de razón,
invoco crisis que no admiten redención,
hueca catarsis que omite lo esencial,
pausar el ruido no impide el vendaval.

Tengo dos monedas por ojos,
respiro cuervos en ayunas,
hambrientos de polvo y despojos,
de una luna sin luz ni fortuna.

Quizá todo se resuma a eso,
en que solo acierto a hacer las preguntas,
y más allá de planes y deseos,
las expectativas no se cumplieron nunca.

Por eso la duda me come terreno,
dudo de mi y no es nada nuevo,
que el mapa a seguir dibuje un camino,
con adoquín de puntos suspensivos.

Tengo a mis amigos al borde del colapso,
pues el lapso entre drama y drama es escaso,
porque hago lo que debo, no lo que quiero,
aunque no se cual es cual en este juego.

Me siento una casa vacía,
mudanza a ninguna parte,
el viento en los surcos entona melodías,
sinfonías de anhelos y desgaste.

¿y ahora qué?, ahorra, hipoteca, familia,
ser uno más, seguir la línea,
dónde ha quedado eso de sentirse especial,
el dejar de achacarlo todo a la edad.


Quizá todo se resuma a eso,
en que solo acierto a hacer las preguntas,
y más allá de planes y deseos,
las expectativas no se cumplieron nunca.

¿Cuándo se acaba?,
nunca se acaba,
 dime cuándo se acaba,
quiero dejar este drama.
insha'allah.

lunes, 10 de febrero de 2020

Crecer

¿Cuándo termina esta guerra?
de barro, podredumbre y trincheras,
la espera gangrena incertidumbres y banderas,
y la primavera me escupe flores de arena.

Siempre nos queda esta tregua fingida,
mentira revestida de seda y morfina,
fina y frágil linea donde espera el dolor,
y saber que luego este llega por dos.

Amor, vivo abocado al ensayo y error,
y no, no se gestionar la transición,
donde el futuro se compincha con el viento,
a sabiendas de que estoy peleado con el tiempo.

Porque no acepto que me cierre etapas,
que eleve anclas sin yo estar en el timón,
en su guión no hay lugar para la pausa,
y no le importa que no sepa decir adiós.

Porque vivo en un continuo gris salvaje,
la nostalgia es un sastre con agujas de café,
traje con aroma a despedida perenne,
con retales de lluvia y nieve.

Tengo al optimismo siempre en jaque,
no hay reina ni peón que me salven del empate,
como se deshace este miedo intermitente,
este no saber estar en el presente.

Eh, porque la vida ya se pone seria,
no hablamos de juguetes, lo hacemos de hipotecas,
el presente, un trámite con vistas a lo oscuro,
la vida es lo que me pasa mientras planeo mi futuro.

Saberlo, no lo hace menos duro,
cómo paras algo que va a pasar seguro,
como aceptar este caduco frenesí,
este pleito entre previsor o wannabe.

Siempre la misma duda con otro matiz,
la misma duda y sin respuesta para mi,
cada vez más viejo pero no más sabio,
Jugando al escondite con el calendario. 

 Miedo de no saber escoger bando,
de crecer entre el disparo y el llanto,
que la vida pase por mi lado en esta espera,
a la espera de que acabe esta guerra.

En el fondo se que no hay certezas,
oscila entre treguas y tormentas,
hasta la siguiente entrega, pero claro,
lo duro no es saberlo, es aceptarlo.

Y yo no sé, o no puedo,
por qué, me pregunto de nuevo,
esta es la pregunta que me esta matando
¿Cómo puedo aceptarlo?

Y yo no sé, o no puedo,
por qué, me pregunto de nuevo,
esta es la pregunta que me esta matando
¿Cuándo podré aceptarlo?