lunes, 15 de septiembre de 2014

Me dijo nunca pierdas la sonrisa y todavía no se cuál,
si la de se feliz o tranquilos que no estoy tan mal,
y sigo esperando a que alguien me explique como sucedió,
como pasamos de un siempre juntos a un lo siento se acabó.

Me repito una y otra vez: dime ¿Qué te queda?,
¿La eterna tristeza de noches en vela?,
¿la certeza de saber que nadie te espera?,
¿El castigo de crecer, los placeres de alquiler?
¿Huir de los lugares y momentos que te llevan al ayer?

Cuando volaban mariposas de mi pecho hasta tu boca,
hoy son negras y se fugan de este maltrecho corazón que se equivoca,
 se posan en la tumba que son mis ojos,
para no dejarme ver que ya no existe un nosotros.

Pues empecé a escribir con la esperanza de que no darme por vencido,
con la valentía o la estupidez de no darlo por perdido,
pero el calendario me susurra "acéptalo se ha ido"
y lo haré
cuando deje de imaginar lo que podríamos haber sido.

A pesar de la desgracia doy gracias
por estos amigos, a mi familia, a mi hermana,
por ser el viento que evita que se consuma esta llama,

de ti, me queda la nostalgia, una herida, una libreta
esta letra llora versos, sangra dramas
y a la soledad esperándome en la cama.

Ahora camino por una senda de adoquines rotos,
rumbo a un futuro incierto, donde el amor no haya muerto,
lejos de este pesado presente, lejos de tu lado
donde no duela tanto hablar de ti en pasado.

Ahora tengo miedo de volver a casa y ver mi cuarto vacío,
dejar de sentirme especial, ser uno más entre el gentío,
miedo de vivir arropado por el silencio de esta habitación,
pero a todas horas estallan los recuerdos, la sensación

al besar tus labios, las risas
las miradas, el café de las mañanas
dormir en tu regazo
el tacto de tu piel, la necesidad de estar entre tus brazos
y el sonido de la felicidad haciéndose pedazos.

Perdóname pues esto que escribo no te hace justicia,
TÚ, que me enseñaste a sonreír, a ser feliz
a querer como se quiere una mujer,
perdona si seis años no caben en ninguna de estas páginas
por eso los guardaré en cada una de mis lágrimas.