La lluvia le susurra a los cristales
tristes canciones de sentimientos inmortales,
tras los retales de aquellos fríos callejones
se encuentran hombres y mujeres sin nombre, sin futuro.
Vagan por la vida sin rumbo,
caminan dando tumbos,
derrotados, chocan con los muros
viviendo del pasado, viviendo del recuerdo.
Perdieron la noción del tiempo
y en sus ratos libres
reconstruyen los sueños rotos en pedazos,
pero no hay nada que arregle los destrozos.
No hay nadie que les ayude del naufragio,
no hay nadie que les salve del silencio.
Viven, o eso les dice el corazón,
late, debería ser suficiente
pero la llama ya no prende
ya no arde, ya no bombea sangre.
Bombea miseria
Podredumbre
Rabia
Incertidumbre
Ira
Dolor
Odio
Rencor
Sufrimiento
Envidia.
La vida golpea, golpea ¡GOLPEA!
y ellos al principio esquivaron
"esquivo, esquivo esquivo
encajo.
Encajo y aguanto
encajo
aguanto, encajo,
me derrumbo.
Pero no me rindo
me caigo, me levanto
me levanto ¡me levanto!
pero ¡¿PARA QUÉ?!
Dime, ¿para qué?...
me cansé,
a la mierda me canse de ser fuerte,
por favor, que alguien me levante.
Por favor, que alguien comparta mi dolor
que alguien me de algo para sentirme mejor
necesito, necesito que alguien comparta su amor..."
Pero nadie les ayudó, esperaron
esperaron hasta que el tiempo dejó de tener sentido
esperaron, día y noche hasta que todo
para ellos fue oscuro y negro.
Noche, fría, gélida y dolorosa noche.
La única conversación fue la de sus ojos
con sus labios cuando las lágrimas
acariciaban aquella boca seca,
alimentándose de las penurias del corazón.
La lluvia fue su cobijo,
les arropó con un abrigo de tristeza y soledad
les dijo, ahí fuera en la ciudad
en este lugar de fábricas,
de vicio y de consumo
hay gente como tú.
Gente sin consuelo,
vagando por el suelo
esperando el momento de poder tocar el cielo
tranquilo, no eres el único, ahora vagas solo.
Vives, duermes, sueñas solo
en un mundo donde todos los días son iguales,
en soledad y solo,
morirás.
Cuando la muerte se vista de gala
el camino que hiciste desde la cuna hasta ahora
tu alma, todo... no quedará nada
y todos te olvidarán.
Así son los hombres, todos te olvidarán menos yo...
Por eso, en días grises
la lluvia le susurra a los cristales
tristes canciones de versos inmortales
la de aquellos hombres y mujeres
sin nombre que cayeron en olvido
sin nombre que cayeron en olvido
pero no sus sentimientos.