martes, 31 de marzo de 2020

Drama

Suelo vivir en pretérito imperfecto,
en esta eterna terna contra el tiempo,
que, con gentil sutileza mece alientos,
suspiros ovillados con un hilo de tormentos.

Frecuento lamentos, lacónica entereza,
incesante aleteo, martillea mi cabeza,
hilo que aúna la juventud y vejez,
me lleva a ninguna  a todas partes a la vez.

Porque no ves, este combate de boxeo,
intercambio de golpes, dolor y deseo,
sin guantes, salvajes,  sin tiempo ni campana,
ideas en empate persiguiendo un mañana.

Huelo a tibio aroma a derrotismo,
cansino debate que deshoja lirios,
mientras descifro el lenguaje que calme a las hienas
 dejó, que la vida me duela.

A veces  cansa, esta mancha de nostalgia,
esta apnea emocional, este drama sin sustancia, 
que descansa en la media luna de mis ojeras,
grisácea mirada de dentro hacia fuera.

Acuna murmullos tras tenues neblinas,
mosaico de ojos que respiran en la nuca,
espectrales espinas que afilan mentiras,
etéreas suturas a heridas caducas.

Dame lenguas de sol que columpien el trigo,
el trino de agujas que trenzan caminos,
olvidos que siembran ilustre quietud.
alud de emociones que despeinan la acritud.

Coqueteo con las arenas de morfeo,
lejanas virutas de venturas que coreo
anhelo su vuelta después de dormir
solfeo de gotas que invocan abril.


Vamos a darle a la vida una vuelta de tuerca,
renegar de esta actitud abyecta
néctar azul Matusalem en la despensa,
y que el brindis nos pille con la gente correcta.

Extra, extra dejo el drama en la puerta,
esta, esta, esta aura que protesta,
si el mundo no me ofrece lo que quiero ver,
cierro boca y ojos, ya tendré tiempo de volver.

Porque hoy estoy en paz con mis demonios,
solo yo sé lo que dura este logro,
perdura lo que el aleteo de un colibrí,
así que no te extrañe si jadeo frenesí.

No se cuando volveré a levantar este trofeo,
 por eso coqueteo con la arena de morfeo,
anhelo  prolongar el  máximo mi estancia  aquí
   en solfeo de gotas que invocan abril.

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