martes, 20 de octubre de 2020

Eternal sunshine of the spotless mind

Regresar al dolor es volver a casa,

 el apego desguaza una rosa blanca que descansa,

en un bandera blanca sobre nuestro cadáver

clavel azabache, silencio, laureles de sangre.


Regreso al dolor, son cosas que pasan,

el peaje que pago es el viento en la espalda,

beberme un futuro que sabe a quizá imperecedero

llorar cenizas que luego se esnifa el recuerdo.


Erosión del pétalo en la espuma del hueso,

desierto de niños que preguntan por qué,

epicentro del pretexto sellado con un beso,

¿por qué, siempre hablamos de volver?



Mike Waters, en mi propio idaho privado,

matamos al pasado o nos mata él,

mientras dudamos nos soltamos de la mano,

Olvidamos lo que somos por lo que quisimos ser.


 

Eh también nos define lo que odiamos

Odio que una duda pese más que lo sembrado,

Pesen más las ganas de olvidar, verdad Clementine

Eternal sunshine of the spotless mind.


Vuelta al deja vu de no ser suficiente,

Astillas de luz que diseccionan el presente

En el vientre se retuercen vibraciones de bambú,

Mientras la corriente nos arrastra por un filo azul.


Que se extiende más allá del horizonte,

Ojalá que busques lo que encuentres,

Nunca sea tarde para la felicidad,

Ojalá sea conmigo siempre y cuando sea de verdad.


En el cráter de la luna hay un jardín de sombras,

cosecho el contorno de dogmas aislados en pompas,

la lluvia las explota en un acto de rebeldía,

Caligrafía de la nada tatuada en nuestra herida


Regreso al dolor como a los brazos de una madre,

Soñoliento placebo en Abrazos de alambre,

Honda levedad en la soledad del destello,

El resto es azar, jugando con mi tiempo. 


 

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