lunes, 26 de octubre de 2020

Too good at goodbye

 Apostamos todo a la nada,

¿Valió la pena tirarnos el farol?

sonrisas forzadas son mi única coartada,

Reminiscencia enmarcada en aguijones de charol .


Contemplo tu silueta a contraluz,

escueto haz que evoca un dejavu,

el miedo de tu sombra hecho virtud,

Esclavo de un ocaso que revivo en loop.


El aliento del sur desciñe mi blusa,

dedos de sal acarician mi nuca,

despunta la bruma de voces caducas,

obtusas sirenas conjuran excusas.


Ya no, ya no sé ni a quién escribo,

A ti, a mi, a lo soñado o lo vívido,

Ya no, no sé por qué escribo

Si Para eternizarte o amenizar el olvido



Ya no me importa el cómo, cuándo o por qué

Aferrarme a banales pretextos que limpien la fe,

Tus ojos son un pelotón de fusilamiento,

Ciérralos, ya no hay esperanza ni lamentos.


Solo un ciclo de castigo autoinfligido,

Lo siento, ni siquiera va contigo,

el colmillo del verbo desangra la esencia,

odiarme, para encontrarme en la ausencia.


Alguien me preguntó, por qué me hago esto.

a veces respondo porque me lo merezco

otras entiendo que todo es mentira,

y no merezco ser diana de amores suicidas.


Admiro mi capacidad de olvidar dolor,

samurai sin filo talando un bonsai,

un verso de sam smith resume lo que soy,

 I'm way Too good at goodbyes.


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