Mastico cenizas de luz,
En las encías asoma un acequia azul,
Virutas impolutas que bañan la cruz,
Yo juego mis cartas, nostalgia el tahúr.
En este delirante incendio,
De sílfides sin dueño, recompensa sin imperio,
Ardo, y yo fui quien prendió la cerilla,
El mundo no es más que una broma asesina.
Mastico arena de un desierto opaco,
La gente un oasis, yo peces en un charco,
Son un oasis ,si, esa es la verdad,
Solo uno de cada mil es real.
El viento arrastra voces lejanas,
Ei ¿por quién repican las campanas?
Alerta, peligro de opinión expuesta,
En una guerra no existen las creencias.
Se encapotan mis ojos, taxidermia en la risa,
Acojo tormentas que rompen cornisas,
Trenzo un diluvio de astillas, agujas y hielo,
Un denso equipaje que guardo aquí dentro.
Sigo un reguero de migas de pan,
Directo al ombligo que esconde la paz,
Pero soy muy lento y perdí el compás,
De los campos de trigo brotó alquitrán.
Siento la oquedad de las palabras,
Siento la gélida extinción de las miradas,
Hablo, miro, claro... Te quedan datos,
¿Dialogar?, si sólo existen bandos.
Yo que busqué una mano amiga,
que Gasté amor, tiempo y saliva,
Confianza y al final del día
Se resume en tu mierda o la mía.
Y ya sabes cuál es la respuesta,
Me han llamado muchas cosas, no todas honestas,
Madre, lo único que aprendí en los arrabales,
pa condecorarse y en la huida todo vale.
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