martes, 27 de marzo de 2018

Espejos

Alicia, los días son una sucesión de espejos,
pero la vida no es una partida en blanco y negro,
no hay esta inocencia grácil y salvaje,
solo esperar despertarse pronto de este viaje.

Solo una alfombra de cemento más allá del horizonte,
un monótono paseo a las orillas de Caronte,
goteo de soles y lunas y poco más,
mirada al frente o simplemente hacia atrás.

Verás, es ceniza mezclada con cielo,
cuando los ojos no divisan grieta ni consuelo,
resignada rendición, aceptar lo amargo del veneno,
bailar al son de un corazón que bombea hielo.

Un sudario de promesas, silencios al presente,
y con la premisa de que todo será diferente,
dejamos que la lluvia nos cale hasta los huesos,
y no nos inmutamos ante el peso del exceso.

En el vaho de un suspiro escribimos los lamentos,
como por ejemplo, la falta de tiempo,
y me pregunto si es verdad o solo un argumento,
porque para lo que quieren siempre tienen hueco.

Lucimos cadenas echas de promesas y dolor,
cuanto más aprietan, el futuro será mejor,
apostamos felicidad y juventud a una duda infinita,
dime, ¿dónde está el futuro cuándo más lo necesitas?

Pero no siempre ha sido así,
ser carcasa vacía en el flujo del porvenir,
me imbuí con el justo frenesí por cambiar las cosas,
ellas me cambiaron a mí, culpa de las derrotas.

Hoy, mirando las ojeras que no me dan cuartel,
las arrugas y cicatrices en el alma y en la piel,
me pregunto si la gente siempre ha sido cruel,
o yo peco de ingenuo, quizás demasiado fiel.

Verás aquí la gente siempre te encasilla,
ellos creen que debo vivir de rodillas,
el chico para todo, callado y apaleado,
total siempre estará de nuestro lado.

Algunos me ven como una estación de paso,
te lo pasas bien, es un momento de descanso,
luego dejan el andén y algún ocaso,
se marcha mi tren, otra vez lleno de fracasos.

Sé que muchos no me toman en serio,
creen que mi persona y estos versos están faltos de criterio,
solo un bufón idiota, sin ego y con humor,
no... solo me cansé de desmentir ese rumor.

Alicia, los días son una sucesión de espejos,
pero la vida no es una partida en blanco y negro,
es una lucha interna por el cambio de paisaje,
o el deseo de despertarse pronto de este viaje.

viernes, 16 de marzo de 2018

Mira, yo que sé.

Lanza una moneda al aire,
En el baile aguarda el resultado,
Con la esperanza de ser alguien,
Y la balanza no se incline a otro lado.

Rueda... y en ese preciso instante,
entiendo que lanzarla es en balde,
el resultado, será eternamente diferente,
Pero la respuesta es la misma siempre.

A veces, solo por un  breve instante,
Brillo de una manera incandescente,
El problema es esta luz divergente,
es que nunca abarca suficiente.

Pero brillo, como brasa moribunda,
Si, aquí la felicidad no abunda,
Pero todo parece un poquito mejor,
Y no duele tanto, luchar con honor.

A veces me enredo con el pelo de la aurora,
otras la danza del fuego, que todo lo devora,
a veces lo encuentro a pesar de la demora,
otras en el pecho, un cementerio de amapolas.

y es mío el torpe orgullo que dice tú vales,
es mío el puñal que se astilla en lunares,
Dejando una marca imborrable,
dolor y recuerdo, nostalgia insaciable.

Sabes soy como el fénix que siempre renace,
pero muere un poquito más cada vez que se rehace,
jugándome la vida a una respuesta sin matiz,
otras simplemente lo apuesto todo al gris,

Será que no se hacer las paces con el globo,
quizás quiera aceptarme y no se cómo,
cada vez más huraño, folios y silencio,
cada vez más humano, si miro hacia dentro

Así que no me pidas más sonrisas de charol,
porque ya no puedo, ni quiero ir de farol,
quiero alejarme del ruido, sonido incoloro,
encontrar ese nido, con el signo de Apolo.

Las canas que bañan mi rostro,
bendicen la herida que arrastro desde aquel agosto,
me recuerdan que la vida no es lo que creíste,
una risa fugaz, aprender a despedirse.

Mientras el invierno hará trinchera en mi pelo,
seguiré cumpliendo cicatrices y desvelos,
escribiendo el camino por si quiero volver,
buscando ese algo más, que me haga entender.


EPÍLOGO

Si hay alguien que se moleste en leer esto,
lo siento, por la perdida de tiempo,
no es más que un suspiro que no acaba,
el rito de echarme cosas a la cara.

Es la pataleta de un niño moribundo,
que solo quiere entender el mundo,
solo tiene miedo a crecer en vano,
perderse en el camino, nadie coja su mano.

Por último,

esto no es ser negativo, es una ilusión,
yo no he vetado a nadie de mi corazón,
yo los guardo a todos bajo el armazón,
todavía no ha ganado una batalla la razón.

miércoles, 7 de marzo de 2018

Asturias-Madrid

La lluvia hambrienta de libertad,
aúlla susurros suicidas contra el cristal,
nosotros recogemos el testigo de brillar,
En una carretera sin principio ni final.

En busca de una brisa que meza la redención,
en el coche, Kiwanuka cual revelación,
" I need something, give me something wonderful"
no tengo nada que ofrecer, salvo estas arrugas de chaúl.

La niebla reduce todo a sombras y contornos,
como todo lo que sabes pensé y me reí solo,
la nieve me desluce el ánimo a la par que me conmueve,
tan pura, frágil, tan inalcanzable, que duele.

Pero esto es más fácil que la huida,
es coger aire, pausar la vida,
no es una mudanza, lo dejo en su sitio,
y volver a la usanza de espejos y litigios.

Es más fácil si compartes con hermanos de luz,
la breve levedad de los mortales y su cruz,
la gratitud al azar y su capricho fortuito,
en una carcajada guardan el infinito.

Surcando savia gris, por las venas de la tierra,
el musgo en la herida encierra el paso del tiempo,
los buitres de mi cuerpo piden guerra,
los cuervos de cornisa esperan su momento.

Tus historias terminan en  espinas o en canción
dijo, no pude mas que darle la razón,
pero ese aforismo aquí es un espejismo,
aquí no hay hilos, ni abismos.

Aquí la lluvia son jirones de silencio y complicidad,
el pasado es mudo y el futuro oquedad,
el ala del cuervo nos bendice con su protección,
de las prisas, de la bruma, y las balas de neón.

Aquí la soga es de espuma y miel,
la duda se acumula pues ha perdido el tren,
la hiel del afán por mostrar brillantez,
se fue con las voces que me empujan a ser juez.

Aquí importan mis hermanos, un abrazo, hacernos reír,
no importa el recorrido que nos ha llevado ahí,
no importa lo que dejo, ni adónde voy,
porque por una vez, simplemente, soy.