Llevo un carrusel de ruinas en el cuaderno,
pedazos de mi infierno escritos en rima,
versos a la deriva, hijos de un invierno
un silencio, que os mira a los ojos y desconfía.
Lejos de la gente y miradas que interrogan,
de afirmaciones y preguntas en forma de soga,
lejos de jueces que critican y deciden tu persona
ellos tienen su verdad y si no la sigues no perdonan.
Por eso escribo sin testigos, sin alardes,
heridas de miel, besos de hiel, versos con sangre,
escribo y no porque se me de bien,
el papel no pregunta ¿ por qué? No pregunta ¿quién?
Dime no has notado el ambiente asfixiante
la necesidad constante de justificarte
de mostrarte, gritarles como eres sin adornos
lo inútil de este gesto en un mundo de sordos.
Ya lo dije cada letra es una introspección,
llevo tantas putas etiquetas que no se quien soy,
quizás si lo sepa, esa es la cuestión,
aún así juzgan a ojo no por lo que doy.
Lo peor es que no tienen termino medio,
algunos alaban dicen que tengo criterio,
otros que soy una simple solución al tedio,
un bufón que no se toma nada en serio.
Algunos creen que tengo un don,
sacar sonrisas sin importar la situación,
un cabrón que afila y clava palabras cual puñal,
porque hacer daño no se le da nada mal.
Y así con todo, moldeandome a su antojo,
en mi camino no tengo ni voz ni voto,
pero no soy el reflejo de tus expectativas,
tampoco lo que no te gusta del espejo cuando te miras.
Luego viene el "yo creía" "yo pensaba" por último perdón,
como solución para tapar las mellas de este corazón,
mira si vas a hablar por hablar mejor cállate,
si quieres la verdad pregúntate, pregúntame por qué.
¿Por qué lloras a escondidas, por qué tanta rabia?
por qué ocultas la verdad tras esa labia,
y quieres ayudar a pesar de las desgracias,
a una gente que ha olvidado como dar las gracias.
Por qué dices nada cuando pasa todo,
por qué bajas la mirada, quieres estar solo,
bajo esa fachada de chico risueño,
hay alguien que perdió la fe, la busca con empeño.
Por qué cargas con su peso haciéndolo liviano,
y luego callas cuando no tienden su mano,
dices que eres de pequeños gestos sin esperar respuesta,
pero ellos solo ven las grandes gestas.
Por qué eres tan capullo, tan hipócrita,
qué reivindicas si eres el primero que despotrica,
tan pesado, siempre hablando, haciéndose el gracioso,
con ese ego, esa moral que te hace tan odioso.
Quizás confundas tenerlo claro con ser cerrado,
ser sincero con ser alguien malvado,
quizás aciertes sobre mi, y este equivocado,
quizás hayas fallado, de eso si estoy cansado.
Quizás pienses que exagero, tal vez es cierto,
lo escribo y te lo entrego tal cual lo siento,
pero si vas a hablar por hablar mejor cállate,
si quieres la verdad pregúntate, pregúntame ¿por qué?
La gente en sí, les cuesta escuchar palabras sinceras u opiniones sin filtros, ser directos es algo que no saben cómo reaccionar. Por eso abundan en las redes sociales el postures o fotografías que no plasman nada la realidad sino un parte de ella muy muy distorsionada.
ResponderEliminarAdemás, todos somos verdugos que juzgamos sin saber... Grave error porque mayoritariamente pecan de ello, yo la primera, pero ser consciente es un paso. Ahora, lamento esos "yo pensaba" y los "yo creía".