Mira, me da igual que te llames religión, corazón, razón, o seas mi hermano,
que te hagas llamar oposición,el cambio o revolución y me tiendas la mano,
o que seas el gobierno, libertad, destino o mi amigo,
no pretendas que acepte por la fuerza cosas a las que no encuentro sentido.
Aunque liberta llora por lo que hacen con su nombre,
¡ELIGE!, eres libre de pensar como yo,
eres libre de opinar como yo,
pero ni se te ocurra tener pensamiento propio.
Sigue el curso por el que fluya la marea,
apréndete el discurso deja que te pongan la correa,
y ladra a todo aquel que se salga de sus esquemas y sus normas,
porque la gente ya no tiene ideas más bien dogmas.
Y estoy cansado de gastar saliva,
y ver como cada sílaba pronunciada
se dilapida cuando crees mirarme desde arriba,
con esa sobrada mirada de soberbia y arrogancia.
Y yo desde "abajo" te exijo que me des un argumento,
¿no lo tienes? ¿crees que por gritarme cambiaré de pensamiento?
¿y luego qué? ¿tú única salida será esa estúpida inventiva?
como que no tengo edad, cultura o experiencia para entender la vida.
Dime entonces, ¿Cuando llega ese momento?
el desengaño de vivir soñando y no soñar despierto,
el de sentir el tic-tac del tiempo latiendo bajo el pecho
y fingir que no siento ningún miedo cuando lo escucho.
¡Dime! ¿Cuando llega ese momento?
el de tener derecho a rendirme o levantarme a cada intento,
sediento de promesas y el mundo como alimento,
bailando con la muerte hasta quedarnos sin aliento.
De echo, creo que existen tantas realidades como opiniones,
y sobre mi cultura y mis pintas no soy más que lo que ves,
el ancho de mi vestimenta representa a miles de corazones,
y para mi tu supuesta altura ha caído muy bajo,si, como mis pantalones.
Harto ya de personas que se ríen de los otros,
para mantener las miradas lejos, alejar los complejos,
para que tus ojos no sean un espejo y reflejen sus defectos,
por no saber aceptar ser perfectamente imperfectos.
Harto de ver como la demagogia roza ya lo absurdo,
de creer falacias y que por conveniencia no quedemos todos sordos,
de la hipocresía que supone desgarrar el aire al grito de represión,
y no ser capaces de aceptar que alguien tenga otra opinión.
Es una guerra donde las armas dejaron de escupir fuego,
donde las balas están cargadas con nuestros egos,
y yo disparo palabras con este estilo en celo
con el que cincelo mi oración,
podrás estar de acuerdo o no con mi exposición
pero yo me visto de luto para esta ocasión,
por la muerte del respeto y la libertad de expresión,
¡queremos frutos nuevos!
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