lunes, 21 de diciembre de 2020

Tártaro

 


Mi toma de tierra es una nube gris,

lluvias descalzas en las mejillas del matiz,

hablándole de ser desliz al viento,

y en el vis a vis me quedé sin argumentos.


Eh, ¿Qué más puedo decir?

si son mis carencias las que hablan de mi,

la esencia del afecto, por lo que a mi respecta,

es asociar amor con la indiferencia.


Desde la infancia, ausencia y costumbre,

silencios que nutren la incertidumbre,

desde entonces, interpreto por defecto

y si no, siempre nos quedan los pretextos.


 

Sí, quizá dependa del apego,

y es crónico ya este debate interno

donde cuanto más pierdo más  a riesgo,

a riesgo de quedarme en el intento.


Las veces que me hicieron sentir especial,

fue para recordarme que todo tiene final,

no es miedo a la soledad lo que impera,

el miedo es acostumbrarme a ella.



Una ola de gaviotas picotea al náufrago,

el Tártaro no es abismo, es el amago

de unos labios que dicen te quiero,

en los que luego siempre se esconde un pero.



Cuando el miedo apremia al desorden,

y el ayer esconde fragmentos de fe,

busco un verso que te haga volver

pero olvido que lo dejé en el culo del café.



Cuando el miedo anula cualquier perspectiva

en la cual ser mejor que nada es mentira,

busco un verso que me haga volver,

pero olvido que lo dejé en el culo del café.


martes, 1 de diciembre de 2020

Ambición 2.0


 Tu ambición es una tenia y la gula su dogma,

una alfombra de ruinas al gulag de tu sombra,

tú, adoctrinas las bomba que inmola el ahora

y yo las notas de un pianista en Varsovia.


Ambicionaba ser la huella no la hormiga,

cargando migas de pan, con la misma fatiga,

que los brazos de Atlas y la espalda de Cronos,

Pandora eras tú, y el cielo tus antojos.


Un día tu ambición se comió a la mía,

Con un amor que no entendía de pedagogía

Yo me contentaba con sentir de verdad,

Tu ansiabas fantasías, yo era tu realidad.



Tengo al orgullo testificando en un pleito,

Este año y medio ¿fue perder el tiempo?

o lo invertimos para luego desperdiciarlo,

Haciendo de caricaturas, algo magnánimo.



Ya lo dijo Máx, en un verso de sangre y barro,

Hoy Ser un perdedor ya no duele tanto,

Pero no hay gloria ni honor en morir de pie,

La nada no entiende de buenas acciones.


Y yo, que vi dignidad en el desgaste,

para justificarme ante un vacío irremediable,

Y yo, que vi dignidad en el sacrificio,

Entendí tarde, que el dolor no es un oficio.


Y yo, que medí el amor en daño,

Haciendo del martirio algo cotidiano,

para luego escribir ennobleciendo lo de siempre,

La certeza de no haber sido suficiente.


Lo superfluo del debate que late bajo el pecho,

La vanidad que necesita estar en lo cierto,

Pues no hay nada más duro para el ego,

Que seguir anclado a un pero.