En la retina de un amanecer caduco
somos figuras de cera que se funden en la orilla
oculto en la espuma que adormila el luto ,
mientras el mar engulle nuestra herida.
¿debacle o catarsis? ¿Descaro o huida?
este no querer gastar más saliva,
urano vigila desde el fondo del iris
cómo deambula entre mentiras y bilis.
insípida nostalgia que tensa la cuerda,
atada al cadáver que ya nadie ve,
expectativas sin base giran la ruleta,
apuesta a todo o nada basándome en la fe.
en el péndulo de su locura oscila su querer,
puntos de sutura entre el beso y la piel,
entre el tedio y la miel, entre el hoy y el ayer
y yo cada vez más lejos de lo que solíamos ser.
El amor que guardé en el botón de su blusa,
se perdió en el laberinto miedos y excusas,
pasillos escritos en un código perfecto,
búnker blindado carente de espejos.
Y aunque el partido está amañado,
me enseñaron a jugar a pesar del resultado,
a dejarme la sangre y el alma en lo que creo,
pues la paz no se vincula con victorias ni trofeos.
Quizá juega conmigo, quizá pierdo mi tiempo,
quizá se engaña para acallar el sufrimiento,
al menos no tengo que fingir estar contento,
al menos yo, me reconozco en mi reflejo.
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