No es este alambre de sombras que cerca la luz,
No es esta gota de hambre que nombra la cruz,
el sabor del barro en la boca, escupir la virtud,
Alud de espinas y flores que trae el viento del sur.
No es este olor a hierba mojada,
Nostalgia sin taras, heridas y llagas,
No es que el miedo ahora duela más,
Es que ahora es mucho, mucho más real.
Quizás es la vida, sin metáforas, a secas,
Tan cruda y descarnada, hiriente belleza,
La vida en mis manos es un diente de león,
Y el tiempo el aliento que sopla en cualquier dirección.
Quizás lo que duele es empezar a entender,
Que todo es mentira, que no estamos tan bien,
Somos lo que nuestros padres nos han hecho ser,
Y a su vez lo que los suyos les hicieron también.
Somos legados y taras, traumas que no quieres ver,
Tengo un peso en la espalda, que crece créeme,
Yo ya no estoy ciego, tiré la venda al suelo,
Y el miedo a fallar ya no es nada nuevo.
Pero crecer implica menos intentos,
Miedo a que no exista lo malo o lo bueno,
Blanco o negro, aferrarse a cualquier verdad,
Ser parte de algo, todo excepto soledad.
Sabes que, ahora solo hago lo que quiero,
Digo lo que quiero, sin juicio, sin miedo,
Solo agradecer, aceptar y querer,
Pero eso es algo que nadie nos ha enseñado a hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario