Dicen que el equilibrio es encontrar el punto exacto,
donde la vida y tu conciencia hacen un pacto,
cuando vas con una sonrisa al siguiente asalto,
y deja de importar quién voló más alto.
Para mí ese equilibrio se quedó en la infancia,
puse mis extremos a la misma distancia,
y cuánto más amor me daba o llegaba,
lo contrarrestaba con odio estallando en la cara.
Por ese miedo crónico al adiós del tiempo,
que al final del camino quede arrepentimiento,
por buscar una certeza esquiva,
en una vida donde todo es cuestión de perspectiva.
Como si la felicidad fuera una ecuación,
y por más que busco no encuentro solución,
entonces me comparo, analizo, es una obsesión,
y ahí va, mira, murió otra estación.
Que más da, vivo en un otoño sin fin,
unos labios saboreando lo que queda de carmín,
ser esa luz con tintes de fuego sempiterno,
o el vuelo de la hoja que da paso al invierno.
Esa cruzada estéril para encontrar lo correcto,
ahogar el temor en miles de proyectos,
dime como se aprovecha el tiempo realmente,
porque para mí, nunca es suficiente.
Suficiente para qué, para quién,
¿para ti, para mi, lo sabe alguien?
dicen suficiente es alcanzar las metas,
pero siempre habrá más para mentes inquietas.
Me revientan esas vidas que venden como perfectas,
y a mi no me da tiempo a tapar las grietas,
porque solo entiendo de comparaciones,
y uno se cansa de perder siempre sin opciones.
Y a pesar de llamarme mediocre,
me revienta tener algo que ofrecer que desconocen,
peleo por el lugar que creo que me corresponde
entonces tus labios gritan otro nombre.
Hablan de esfuerzo, no es cuestión de suerte,
me parto los cuernos, nada es diferente,
me revienta, no se si injusticia o por envidia,
pero harto de poner la misma mejilla.
Ver que importan más factores ajenos a la calidad,
actores vendiéndose una falsa realidad,
entre bastidores van clavándose puñales,
pero para subir escalafones todos son carnales.
Aborrezco mi propia debilidad,
dice que merezco cosas, y no se si es verdad,
esa que se preocupa del éxito ajeno,
y no dice disfruta, lo demás ya será menos.
A la mierda el equilibrio, a la mierda el punto medio,
quédate la fama, el aplauso, el ego, en serio,
el reconocimiento si es que de verdad lo vale,
joder... solo haz que pare.
Quédate la mentira de que aquí somos iguales,
estoy cansado de morir por unos ideales,
solo dime como dejo de buscar una certeza esquiva,
en una vida donde todo es cuestión de perspectiva.