Pensamientos en voz alta

Persigo a la noche, ser libre, y me escondo,

en el coche Morgan y Sharif suenan de fondo,

allí fuera... allí fuera hay silencio,

y los pensamientos que se enredan en el viento.

Dejo atrás el Tres Bandas

a poetas y pseudoescritores con sus voces apagadas,

al público, al ruido y los egos que detesto,

y es cuando me pregunto de que sirve todo esto.

Por qué me molesto en dar a las palabras vida,

por qué no dejo que se cierren las heridas,

por qué escribo despedidas que jamás terminan

y luego exhibo el alma encima de la tarima.

Digo mira, escucha, tranquilo no hay mentira

te entrego mi vida encerrada en una rima,

no soy de esos que teme al silencio y su abismo,

no me asusta pensar, verme a mi mismo.

No soy de esos que dispara ráfagas de palabras dando información

imágenes, de alguien que no son

cuando me preguntan :¿ por qué tardas tanto en subir?

si rompo el silencio es porque tengo algo que decir.

Pero a quién le importan las inquietudes de un cobarde,

que teme no ser suficiente, llegar siempre tarde,

dime : ¿ qué coño le importa esto al mundo?

si aquí lo importante es jugar a ser profundos.

Cuando hablan del amor y corazones rotos,

rostros afligidos, callados como devotos,

¿crítica social? todos con el puño alzado,

pero si piden auto-critica, miramos a otro lado. 

Yo he criticado a gente que esta aquí y al bajar han aplaudido,

perdón si generalizo pero tengo mis motivos,

me he cansado de que nadie se diera por aludido.

Yo solo quise darte

 un verso que fuera cobijo, manto contra el desencanto,

un llanto mudo, un grito en esperanto,

alejado de este postureo feo,

donde aplausos y egos son el mayor trofeo.

Así que dime, de qué sirve todo esto,

por qué me molesto en darle voz a un texto,

quizá con las esperanza de que alguien lo comparta,

quizás no son más que pensamientos en voz alta.