Dices...
¿Te das cuenta? cada letra es una introspección,
un descenso a las grietas de este corazón,
hablas de abismos, metas, del vértigo a las dudas, del frenesí
cuando la escritura grita miedo pero, siempre hablando de ti.
Dices...
Que si no llego no es por bueno es por complejo,
otros que soy el eco de miradas selladas en el espejo,
por no querer pagar el precio de su reflejo me llaman necio,
pero hay cicatrices que no se dicen, se comparten en silencio.
Dices...
Si quieres reconocimiento rápido, no les hagas pensar,
escribe algo universal, todos han estado enamorados de eso si pueden hablar,
no es verdad, algunos creen haberlo estado que es distinto,
algunos no han tocado con las manos las paredes de este laberinto
donde bailas al filo del abismo sin arnés,
sin corazas, haciendo equilibrismo para no caer,
siempre a un paso del infierno o a las puertas del edén,
sin saber a dónde vas pero si sabes con quién.
¿Quieres que les hable del después?
cuando bebes lágrimas pero no calmas la sed,
lloras cafés, dices siempre, pasa nunca, sientes el estrés,
de decir que va bien y todos saben que les mientes.
¿Te parece suficiente general, tópico, pastel?
para tenerlos satisfechos y me digan amén,
me niego a creer que esta es la pura realidad,
aquí no importa lo que digas solo si es verdad.
Dices que solo hablo de mi, quizás tengas razón,
dime quién va a trasmitir los dictados de este corazón,
otros alzan la voz por causas más nobles, puede ser cierto,
¿pero dime, quién dará voz a este desconcierto,
serás tú el que le de voz a lo que guardo aquí dentro?
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