Llevo 4 meses escuchando que todo pasa,
que en algún momento tenía que suceder,
que a partir de ahora viva mi vida.
Como si no lo estuviera haciendo hasta entonces.
Llevo cuatro meses escuchando lo que debo hacer,
un manojo de gente diciéndome como debo actuar,
pensar y sentir.
Olvida y pasa página. Olvida y pasa página.
Sigue. Olvida. Vive.
Durante cuatro meses he visto como la gente
ha puesto palabras tuyas en su boca,
viendo como ponían palabras mías en su boca.
Porque ella...
porque tú...
Y he aprendido a no escuchar. He aprendido
a cometer mis propios errores,
a luchar por cada una de mis opiniones.
Si ellos me dicen que todo acaba.
Yo les digo que no es cierto.
Si ellos dicen ella ha decidido, ¿es que no lo ves?
Yo les digo que yo también lo he hecho ¿es que no lo veis?
En este tiempo, he dicho tantas veces
que no quería saber nada de ti
( más bien que no podía)
he dicho tantas veces que lo llevaba bien,
que cada vez dolía menos,
quizás incluso que me estaba acostumbrando,
pensando que si tu te acostumbrabas a vivir sin mí
yo no podía ser menos.
Y a veces lo creía.
Y siempre que eso sucede te veo.
como te he visto hoy.
Y te he sonreído, como si no pasará nada.
Y esa fortaleza de "todo va bien", se derrumba.
Cruzamos cuatro palabras, una conversación prefabricada.
Pues mis labios no dicen lo que piensan.
No dicen lo que sienten.
Un mar de preguntas se anudan en mi garganta:
¿Me echará de menos?
¿Soy el único que piensa que estará haciendo?
¿Todo lo que me dijo por última vez seguirá siendo cierto?
¿Como estará?
¿De verdad ha cambiado su visión de mi?
¿De verdad que no podemos sentir lo mismo?
¿De verdad parezco tan estúpido, cuando dije que todo se podía arreglar y la gente me dice una y otra vez que no?
¿De verdad debo darles la razón?
¿Debería dejar de pensar en todo esto?
¿Por qué no pueden verlo como yo?
¿Si es verdad que ha pasado página o que lo hará, debería seguir pensando igual?
(aunque esta si tiene respuesta, y sí, seguiré pensando igual, aunque lo llamen error
aunque al final acabe siendo un error)
¿Soy el único que se hace estas preguntas?
Llevo cuatro meses haciéndome estás preguntas.
Y cada vez que te veo vuelven a surgir con más fuerza.
Pero solo acierto a esbozar un intento de sonrisa,
cuatro palabras prefabricadas para entablar una mínima conversación
y al girarme e irme, vuelvo a llevarme mis preguntas a cuestas.
Sin saber cuando tendrán respuesta.
Sin saber si algún día tendrán respuesta.
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