miércoles, 18 de septiembre de 2013

La misma canción de siempre

Tengo el color del folio grabado en la retina,
el sabor del odio escrito en cada esquina,
el ruidoso olor de la tinta, esclavo del tintero y su doctrina,
cuando se amotina el silencio en la garganta,sincero, como un verso de Sabina.


Traficante de rimas, sentimientos e ideas en papel,
de sueños tras los barrotes de la cárcel por impago de arancel,
pedían las mentiras más hermosas escritas con pincel,
solo traje verdades rotas y cicatrices  marcadas en la piel.

Mi musa es caprichosa y la busco en cada rincón,
hermosa dama muda, la encierro en la habitación,
su sonrisa prende la llama que esconde la inspiración,
dentro de su desnuda figura de locura y de pasión.

A veces me visita vestida de llanto y traición,
en sus ojos una profunda herida de tormento y decepción,
con mis dedos dibujo en su vientre un lamento, un perdón,
diferentes sentimientos, pero siempre la misma canción.

No os descubro nada nuevo, en serio,
sobre el pacto del poeta y la escritura,
 ya sea en una servilleta o en el insomnio del  escritorio,
 renacemos y morimos por versos llenos de ternura o amargura.

No me importa que el viento se lleve mis palabras,
no me importa que no escuches mis poemas,
no me importa el silencio escondido tras las derrotas.

No me importa, porque todos acabaremos por olvidar,
menos la poesía que no tiene principio ni final,
moriremos, pero dejaré poesía, porque la poesía es inmortal.

1 comentario:

  1. me fascina como alabas a la poesía y ella te aporte tanto en ti, no la pierdas nunca a esta musa inmortal :)porque hace de ti un buen poeta, aunque te cueste creerlo.

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