martes, 22 de septiembre de 2015

No puedes



Se que no puedes escuchar el grito,
de este latido roto, este palpito maldito,
que desgarra lentamente los sueños alquilados,
dispara recuerdos del presente y del pasado.

Se que no puedes ver esta batalla interna donde
el dolor estalla, donde no existe la calma,
veis la máscara que me protege y esconde
heridas, las verdad, las ojeras de mi alma.

Acaso entiendes este sentimiento, 
de ser nadie, de ser cenizas en el viento,
siempre huyendo de la presión de ojos deshonestos,
de esa eterna competición entre ellos, tú y el resto.

Harto de caras sin rostros, de interrogantes,
de preguntarme ¿Alguien irá con la verdad por delante?,
de jueces que ponen en tu cuello una soga
de envidias, odios, egos que te ahogan.

Y te dicen cómo ser, qué sentir, qué pensar,
todos viviendo por el arte de aparentar,
dime, ¿qué sabrán ellos de la vida?,
de la tuya, de la mía, de esta herida

Que desangra soles, ilusiones, fracasos, hastíos,
desangra lunas, miserias, fortunas estaciones hasta dejarte vacío,
de aceptar que no hay instrucciones para esta espera,
de aceptar que cada uno muera a su manera.

¿Qué saben de romperse en miles de mariposas negras?,
que vuelan a los folios y son las letras del poema,
de las noches donde la tristeza danza descalza,
de engañar al calendario, del pasado y su añoranza.

Como cuando alguien te pregunta: ¿recuerdas el primer amor?
antes de romperte, de ponerle nombre al dolor,
de ese enamorarse tan fugaz como un cruces de miradas
que se acaba antes de empezar, sin un roce ni palabras.

Entonces vuelta al ruedo, al juego de perseguir las primaveras,
con la ilusión entera y la torpeza del principiante,
recuperar la fe que ondeaba mi bandera,
por favor, ¿puedes devolverme ese instante?

Dime cómo se hace para no mirar atrás,
dejar de regresar a un lugar que ya no existe,
 de coser estas alas con imágenes coaguladas,
de una infancia difuminada por la nostalgia que me viste.

Dime qué hacer con este orgullo,
que no es espada, sino escudo,
por ese miedo a ser menos, a ser nada, a no ser mejor que el resto,
al error, siempre más, siempre fuerte, siempre recto, no saber decir lo siento.

Sabes... hablan del color de mis ojos,
como si fueran el azul del mar,
pero son lágrimas cristalizadas por los destrozos,
lágrimas que nunca me atreví a llorar.

Dime cómo abrazar al niño que llevo dentro,
me pide escapar de esta espiral de sufrimiento,
que acaricia estas manos agrietadas cansadas de luchar,
que han olvidado el tacto sin temblor, olvidado como jugar.

Dime cómo se hace y te prometo,
que moriría en el intento,
de momento me curo las heridas mientras callas,
esperando el próximo sueño, el próximo trueno, la próxima batalla.

viernes, 11 de septiembre de 2015

16.

Que ojos tan bonitos tienes.
Siempre es lo primero en lo que se fijan.

Me recuerda al zambullirse en el azul del mar,
Al azul del cielo en un día soleado.

Y yo siempre esbozo una sonrisa mientras pienso:
Mar y cielo o lo que es lo mismo: libertad.

Luego al llegar a casa miro al espejo para ver lo que ellos ven.

Pero mi azul no es su azul

Yo veo el color de una prisión,
El azul de unas lágrimas cristalizadas,
Lágrimas que nunca me atreví a llorar.

viernes, 4 de septiembre de 2015

nombre de la letra todavía por descubrir

Está es mi parte de lo que se presupone un canción. Si algún día dios quiere y la grabamos ya la subiré!





Disparo ráfagas de palabras sobre el cuaderno,
brotan heridas impregnadas del dolor interno,
rimas viudas dibujadas con el frío del invierno,
un tierno escalofrío, bienvenidos a mi infierno.

Ese eterno duelo entre el ego y la certeza,
la nobleza de miradas deshojando los complejos,
lejos de voces apagadas que presumen de pureza,
y carecen de dureza para mirarse en el espejo.

Que hablan de zorras, de barrio, de drogas, la moda es ir puesto de hash,
van de duros contando una vida inventada pillando palabras que riman sin más,
mientras colegas adulan, "hermano suena bien",
y cuando acaban me pregunto ¿qué coño es lo que dicen?

Los que confunden el respeto con miedo o admiración,
yo respeto a todo el mundo otra cosa es mi opinión,
y con razón estoy cansado de esas batallas campales,
porque vaya donde vaya quieren ser los generales.

Hablan de cojones, de medallas mira mama soy real
Y al final, todos son iguales,
prefiero frase con mensaje aunque mal estructurada,
a ese flow de encaje que, no me dice nada.

Y si el rap es competición en estado puro,
yo apuro el corazón para competir conmigo mismo,
buscando el roce de una frase que destroce muros,
y que abrace el lado oscuro donde nace este abismo.

Yo paso de vuestras poses de malotes cabreados,
de esas fiestas de disfraces de apariencias y engaños,
mientras busco las respuestas a tantos fallos y matices,
yo ya me callo, Calle ¿tú que dices?