Acaricio el pasado con mis dedos,
quizás creyendo que entre viejos recuerdos
sería capaz de encontrar momentos nuevos.
Seis años... juro que se dice pronto,
mientras la nostalgia me dibuja un amago de sonrisa
en pleno rostro.
Seis años de amor inocente y puro,
seis años juntos derribando muros,
complejos, cumpliendo sueños, viviendo sin escudos,
construyendo un puente de mi corazón al tuyo.
Seis años de cambios y comienzos.
Lanzando botellas llenas de futuro al mar de los deseos,
robándole al presente todas tus sonrisas,
para coleccionarlas como mi más preciado trofeo.
De inventar historias absurdas para hacerte reír,
o estar callados sin la necesidad de tener algo que decir.
Seis años hablando con caricias,
mirando con los labios,
besando con los ojos
y respirando con el tacto de tus manos.
Dando gracias por compartir a tu lado un mismo techo,
y poder dormir contando los latidos de tu pecho.
Para suplicarle al sol que se escondiera 5 minutos más,
que no entrara por la ventana gritando ¡BUENOS DÍAS!
pues eran 5 minutos menos de silencio viendo como dormías.
Seis años necesitando el beso de buenas noches...
Seis años de
reproches
celos
enfados,
aunque ya no importa si eran o no justificados.
De miedo a cambiar y no ir en la misma dirección,
por parecer tan cabezota y no saber cambiar de opinión.
Quizás fue el miedo a ser nosotros
por esconderme tras un orgullo roto,
miedo de las palabras y su impacto
creyendo que hay actos que ya no tienen vuelta atrás, no.
Ocultando en el fondo un dolor mudo.
De guerras, treguas y hacer las paces en la cama,
consumiendo la llama a fuego lento,
a veces desaprovechando nuestros segundos,
pensando que tendríamos todo el tiempo del mundo...
Ya dije que seis años no me caben en ninguna de estás páginas
aún así escribo.
En resumen: son seis años contigo.
Seis años... juro que se dice pronto
y me pregunto
si serás un pasado guardado en lo más profundo.
Hoy es 30 de noviembre
y me pregunto
si seré de los locos que creen en un para siempre.