Me gustaría que quedase todo dicho, todo. Sin dejarnos una palabra, una coma y el un punto y final sobretodo el punto y final. Mas siempre nos olvidamos de él y me pregunto ¿ Qué nos mueve siempre a callar? Explícame como hemos llegado al punto de escondernos bajo un manto de falsa complicidad. Explícamelo porque no lo entiendo. No entiendo ese miedo esquizofrénico al desenlace inevitable, no entiendo por qué tanto miedo a la última página de una historia. Vivimos expectantes, siempre silenciosos desvelando la verdad con cuentagotas, gotas que caen cada vez más despacio, gotas que ya no mojan las mejillas de la sinceridad, gotas tan transparentes que uno ya no sabe si al final han dejado de caer.
Así caemos en el juego mudo de la imaginación, no se nos pasa por la cabeza preguntar, simplemente hablar con la otra persona al desnudo, libre de tapujos, sin peros, sin excusas, hablar para que todo quede dicho te guste o no, me guste o no. Pero no, acabamos jugando a ese estúpido juego de las adivinanzas, imaginando que pensarán los demás, cuáles serán los motivos que les mueven a actuar y nosotros les tratamos acorde a lo que nos imaginamos sin saber si nuestro pensamiento es el correcto. Tan solo por no preguntar, por miedo a escuchar una respuesta que no queremos oír, quizás afrontar un rechazo, la mirada fija y punzante que sufrimos al hablar claro o quizás por no poder soportar los sentimientos afónicos de dolor de nuestro corazón, o del corazón de la otra persona, porque esa es otra, siempre queremos y hemos de quedar bien, cuestión de apariencias.
No hablamos porque si lo hacemos algo puede cambiar y todo cambio asusta verdad. Callamos hasta que el fino hilo de la paciencia estalla en mil pedazos dejando caer todas las palabras ocultas y soportadas en estoico silencio. Luego... un arrebato, un impulso. un súbito rapto de cansancio invita a hablar, invita a no moverse del lugar hasta que todo quede dicho por las dos partes... Y será que en ese momento es cuando no nos entendemos, como si hablásemos dos lenguajes distintos mas yo te hablo con el corazón y de tu boca solo escucho e ronco y tosco sonido del miedo, de una verdad a medias, de una mentira a medida y así continua y continuará la historia, hasta que nos olvidemos del asunto, hasta que nos olvidemos.
Por eso, si eso pasa, me gustaría haber dicho todo lo que pienso, porque creo que nos merecemos la verdad, quiero que todo quede dicho para no poder echar nada en cara. Porque estoy cansado de ser políticamente correcto, cansado de "tú sabrás", del " en otro momento" del " es complicado, no lo entenderías", cansado de este circo y de tantas tonterías. No quiero adivinar lo que piensas, no quiero adivinar que te pasa ni lo que sientes, no quiero, me retiro de este juego. Y no seré tan hipócrita como para esperar que tu sí lo hagas por lo que no iré con medias tintas.
Quiero que quede todo dicho, decirlo todo aunque no vayas a escuchar, aunque no lo creas, decirlo todo aunque no sirva para nada.